“Es, pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1).
La fe, como capacidad de creer es innata y requiere ser orientada para salvación, al oír el Evangelio de la gracia de Dios.
“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá” (Romanos 1:17).
“Por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios” (Romanos 5:2).
“Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por medio de la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida” (Romanos 5:10). “Pues si por la trasgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia” (Romanos 5:17).
“Y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre” (Romanos 1:5).
Creemos en la fe como acervo doctrinal. “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13).