La Iglesia es el cuerpo de Cristo, conformado por los llamados del Señor para salvación, incorporados a ella por la obediencia a la verdad. “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18).
Sus prácticas y doctrinas están contenidas en la Palabra de Dios. “Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza a la Iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo” (Efesios 1:22-23).
“Un cuerpo y un Espíritu como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación” (Efesios 4:4).
“Y él es la cabeza del cuerpo que es la Iglesia, él que es el principio, el Primogénito de entre los muertos para que en todo tenga la preeminencia” (Colosenses 1:18).