Dios siempre sensible a la necesidad de su pueblo, estableció su plan financiero que comprende: Diezmos, ofrendas, primicias, votos y donativos de ayuda a los necesitados. Mateo 23:23.
No debemos retener la porción que pertenece a Dios, es decir, los diezmos y las ofrendas.
Hebreos 7:2-10; Malaquías 3